Thursday, June 19, 2008

Intervenciones neoliberales en la Barceloneta*


Intervenciones neoliberales en la Barceloneta*


JOSEP MARIA MONTANER 14/06/2008


Es de temer que la Barceloneta va a seguir al Poblenou como barrio
cuya memoria más se ha arrasado. A los riesgos que comporta la
modificación del Plan General Metropolitano en la regulación de la
edificación tradicional de la Barceloneta (2007), llamado para
abreviar y como protesta /plan de los ascensores,/ se suma la
amenazante aparición de la estructura del hotel Vela, proyectado por
Ricardo Bofill en 1999, situado en la misma línea del mar, en los
terrenos de la Autoridad Portuaria de Barcelona, hito con el arranca
la transformación especulativa de la nueva bocana del puerto.

Hay pocas dudas de que la política del Ayuntamiento de Barcelona ha
cambiado. A ciertas miradas malévolas les interesa desfigurar esta
evolución y quieren enfatizar que siempre ha sido así. Pero no es
cierto. Cuando Barcelona renació como ciudad democrática, a
principios de los años ochenta, se aplicó una política progresista y
prometedora, si la comparamos con la regresión que implicaron los
modelos neoliberales que entonces implantaban Margaret Tatcher y
Ronald Reagan. Poco a poco, este /modelo Barcelona,/ de búsqueda del
consenso entre lo público y lo privado, se ha ido diluyendo en una
política marcadamente neoliberal. La paradoja dura de digerir es que
esta política urbana -conservadora y capitalista- la esté aplicando
un gobierno municipal formado por dos partidos políticos que se
autodenominan de izquierda.

El plan de la Barceloneta es expresión de un neoliberalismo
implacable aplicado a los planes urbanos: será la lógica del propio
mercado la que transforme el barrio en función de derribos
selectivos para instalar núcleos de ascensores, agrupando varias
fincas, y serán los propietarios potentes, los inversores y los
turistas los que se irán acomodando a medida que se vaya expulsando
a los antiguos inquilinos de pocos recursos económicos y legales. Es
la culminación del proceso de ir dejando a la frágil Barceloneta a
su suerte. Mientras se intervenía en otras áreas de Ciutat Vella, su
patrimonio de casas proyectadas por ingenieros militares a mediados
del siglo XVIII se dejaba desmoronar. El mismo /plan de los
ascensores,/ al establecer la altura reguladora en planta baja y
seis pisos, favorece la desaparición de los escasos testimonios de
casas bajas originales.

Y el hotel Vela se levanta como emblema de la /gentrificación/ de un
barrio popular, como otro episodio más de la avaricia del puerto con
sus terrenos, que ya generó una fuerte polémica a finales de los
años ochenta y principios de los noventa por la abusiva
transformación del Port Vell. Cuando funcione, el hotel va a
contribuir más al colapso circulatorio y a la mutación de la
Barceloneta. Seguro que el preceptivo estudio de evaluación de la
movilidad habrá demostrado la sobrecarga que ya existe sobre el
paseo de Joan de Borbó. Tal mamotreto, fuera de escala y de
contexto, chupando de las infraestructuras, aprovechándose de los
desagües y colapsando los accesos del barrio, es un nefasto símbolo
de la Barcelona neoliberal, vendida a la industria turística y a los
intereses inmobiliarios. De momento, ya se ha expulsado a vecinos y
las /cases de quart/ se convierten en apartamentos por semanas. A
los trabajadores del Poblenou les han ido borrando su memoria día a
día, fábrica a fábrica, a cambio de nuevos /edificios arroba;/ el
antiguo barrio de pescadores y artesanos lo están convirtiendo en
escenario del /mundo basura/ del turismo. Quizá estén pagando
tardíamente la factura de que en las primeras décadas del siglo XX
fueran los focos de los movimientos sindicales y anarquistas.

¿Será cierto que se va a detener el /plan de los ascensores/ y la
moratoria permitirá hacer uno nuevo, con una mejor supervisión
pública y una mayor participación ciudadana? ¿O son tantos los
pactos previos y componendas, los intereses para elevar
astronómicamente los alquileres, que el plan ya no tiene vuelta
atrás y se irá destruyendo el tejido social de la Barceloneta?

El proyecto del hotel Vela fue aprobado en 2001, con la connivencia
de la Autoridad Portuaria, la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento
de Barcelona y el Gobierno de la Generalitat de Jordi Pujol, y con
una rebaja de los 154.000 metros cuadrados a un máximo de 129.000.
El hotel tiene 450 habitaciones y, en la base, un gran edificio
recreativo y de oficinas, de planta baja y seis pisos de altura. Se
pactaron entonces unas contrapartidas de conexiones y transporte
(monorraíles y recorridos marítimos) que aún no se han cumplido. ¿Es
aceptable que los futuros usuarios del hotel colapsen aún más un
paseo por el que pasan los vecinos, la ciudadanía y los bañistas?
¿Puede ser que contemplemos callados cómo se levanta, saltándose la
Ley de Costas, la última puntilla para ahogar el carácter social y
urbano de la Barceloneta?

*http://www.elpais.com/articulo/cataluna/Intervenciones/neoliberales/Barceloneta/elpepiespcat/20080614elpcat_2/Tes*



ARTICULO-link, -ESPACIO PUBLICO BARCELONA-
MANUEL DELGADO, "apropiaciones inapropiadas usos insolentes del espacio publico"
http://tragasaliva.wordpress.com/2008/04/14/apropiaciones-inapropiadas-usos-insolentes-del-espacio-publico-en-barcelona-por-manuel-delgado/

Arte y espacio público (Boletín Gestión Cultural)
http://nomada.blogs.com/jfreire/2008/06/arte-y-espacio.html

TROBADA JULIOL TEMPS DE REVOLTES!
http://www.tempsdere-voltes.cat/ca/taxonomy/term/192


5 de julio en el cc Magoria jornada de
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