Tuesday, November 27, 2007
Coordinadora Contra l'Especulació del Raval
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Para el próximo martes 27 de noviembre está previsto el desahucio de Manel González, el vecino más activo de la finca Robador 29, un edificio que en los últimos años se ha convertido en uno de los símbolos de la violencia inmobiliaria en Ciutat Vella y Barcelona.
Justo en el corazón de la Operación "Illa Robador", un proceso de reforma urbanística donde el acoso inmobiliario y la especulación son una realidad cotidiana, Robador 29 se vendió hasta cuatro veces en dos años, pasando de tener un valor de 400.000 euros en la primera venta a 1.359.700 en la última. Uno de los objetivos de los diferentes propietarios por cuyas manos ha pasado el edificio en estos años, ha sido vaciarlo de inquilinos. De hecho, el bloque, que en 2001 contaba con veinte viviendas y tres locales comerciales en uso, hoy solo cuenta con tres viviendas y un local ocupado.
Precisamente en el último año y medio, las sociedades MANCIA 2003 y TARAVAUS 8085, han afinado nuevos mecanismos para conseguir la expulsión definitiva de los últimos inquilinos que quedan. Si a principios de 2006 obtenían una licencia y una ayuda para la rehabilitación del edificio, en abril del mismo año y tras dejar a medias las reformas, solicitaban a los servicios técnicos municipales la declaración de ruina económica. Esto les hubiera permitido rescindir los contratos de alquiler y expulsar a los vecinos sin derecho a realojo ni a indemnización alguna. Pero después de que el Ayuntamiento denegara la declaración de ruina y exigiera realizar las obras necesarias para rehabilitar el edificio, la propiedad a instado a los vecinos a abandonar durante un año y medio sus viviendas, utilizando el pretexto de las obras.
Mientras se producía esta situación, el proceso judicial de Manel González, que durante los últimos años ha recurrido en dos ocasiones a los tribunales para defender sus derechos como inquilino, ha tocado a su fin. La fecha de desahucio dictada por el juzgado para el próximo 27 de noviembre, junto con las últimas maniobras de la propiedad, vuelven a poner a todos los vecinos de la finca en una situación extrema.